
Publicado en agosto 8, 2025, última actualización en septiembre 1, 2025.
La prohibición de crear imágenes «de lo que está arriba en los cielos, ni de lo que está abajo en la tierra» ha llevado a interpretaciones muy diversas que van desde la prohibición total del arte religioso hasta la aceptación completa de representaciones visuales.
Esta discusión no es meramente académica, sino que tiene implicaciones prácticas para millones de creyentes que se preguntan si pueden tener cruces, pinturas religiosas o estatuas en sus hogares e iglesias.
Puntos Clave
- La intención del mandamiento se enfoca en prevenir la idolatría y adoración de objetos, no en prohibir completamente el arte o las representaciones visuales.
- El contexto histórico muestra que Israel estaba rodeado de culturas politeístas que adoraban ídolos como dioses literales, problema que el mandamiento buscaba prevenir.
- Las evidencias bíblicas demuestran que Dios mismo ordenó crear representaciones artísticas en el tabernáculo y templo, incluyendo querubines y decoraciones.
- La diferencia fundamental radica entre crear imágenes como arte o recordatorio versus adorarlas como objetos de culto divino.
- Las aplicaciones modernas requieren discernimiento para distinguir entre decoración religiosa legítima y prácticas idólatras.
- El equilibrio espiritual se encuentra en mantener a Dios como único objeto de adoración mientras se aprecia el arte como expresión de fe.
El Texto Bíblico y Su Contexto Original
El segundo mandamiento se encuentra claramente establecido en Éxodo 20:4-6: «No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen.«
Para comprender correctamente este mandamiento, debemos considerar el contexto histórico en el que fue dado. Israel había vivido 400 años en Egipto, una civilización profundamente idólatra donde se adoraban múltiples deidades representadas por estatuas e imágenes. Además, estaban a punto de entrar en Canaán, donde encontrarían culturas que adoraban ídolos de Baal, Asera y otros dioses paganos.
El propósito principal del mandamiento era establecer una distinción radical entre el Dios verdadero e invisible y los dioses falsos representados por objetos materiales. La arqueología moderna confirma que las culturas circundantes literalmente creían que sus dioses habitaban en las estatuas, convirtiéndolas en objetos de adoración directa.
Evidencias Bíblicas de Imágenes Permitidas por Dios

Una de las evidencias más contundentes de que el mandamiento no prohíbe toda representación visual proviene del mismo Dios. En Éxodo 25:18-20, Dios ordena específicamente: «Harás también dos querubines de oro; labrados a martillo los harás en los dos extremos del propiciatorio. Harás, pues, un querubín en un extremo, y un querubín en el otro extremo; de una pieza con el propiciatorio harás los querubines en sus dos extremos.«
Estas no eran simples decoraciones, sino representaciones detalladas de seres celestiales ordenadas directamente por Dios. El tabernáculo y posteriormente el templo de Salomón estaban llenos de arte religioso.
Elementos Artísticos en el Tabernáculo y Templo
Los elementos decorativos incluían una gran variedad de representaciones artísticas que demuestran la aceptación divina del arte religioso apropiado. Cada uno de estos elementos cumplía una función específica en el culto y la enseñanza del pueblo de Israel.
- Querubines: Representaciones de ángeles en el propiciatorio del arca, bordados en las cortinas del tabernáculo, y tallados en las paredes del templo.
- Decoraciones Naturales: Flores, palmeras, granadas y otros elementos naturales adornaban tanto el tabernáculo como el templo (1 Reyes 6:29).
- Mar de Bronce: Una gran fuente sostenida por doce bueyes de bronce, representaciones de animales con propósito funcional y simbólico (1 Reyes 7:25).
- Serpiente de Bronce: Moisés mismo creó una serpiente de bronce por orden divina para sanar al pueblo (Números 21:8-9).
Estos ejemplos demuestran claramente que Dios no tiene objeción a las representaciones artísticas cuando se usan apropiadamente.
La Diferencia Entre Representación y Adoración
El punto central del mandamiento se encuentra en las palabras «No te inclinarás a ellas, ni las honrarás.» La prohibición no está en la creación de la imagen, sino en tratarla como objeto de adoración. Esta distinción es fundamental para entender la aplicación correcta del mandamiento.
Características de la Adoración Prohibida
La adoración inapropiada de imágenes se caracteriza por varios elementos que debemos identificar para evitar caer en idolatría. Estas prácticas transforman objetos inanimados en sustitutos de Dios.
- Atribuir Poder Divino: Creer que la imagen misma tiene poder sobrenatural o puede responder oraciones.
- Rituales de Adoración: Realizar ceremonias, sacrificios u ofertas dirigidas a la imagen como si fuera una deidad.
- Dependencia Espiritual: Buscar en la imagen lo que solo Dios puede proporcionar: salvación, protección o bendiciones.
- Sustitución de Dios: Permitir que la imagen ocupe el lugar que corresponde únicamente a Dios en el corazón y la mente.
Usos Legítimos de Representaciones Visuales
Por el contrario, existen formas apropiadas de usar representaciones que honran a Dios sin violar el mandamiento. Estos usos mantienen a Dios como centro de adoración mientras aprovechan el valor del arte.
- Arte Educativo: Imágenes que ayudan a enseñar historias bíblicas o conceptos espirituales.
- Recordatorios de Fe: Símbolos que dirigen la atención hacia Dios, no que la capturan para sí mismos.
- Expresión Artística: Manifestaciones creativas que glorifican a Dios a través del talento humano.
- Herramientas Devocionales: Objetos que facilitan la meditación o reflexión espiritual dirigida hacia Dios.
El Caso del Becerro de Oro: Ejemplo de Idolatría
El incidente del becerro de oro en Éxodo 32 ilustra perfectamente lo que el segundo mandamiento busca prevenir. El pueblo no solo creó una imagen, sino que le atribuyó características divinas, diciendo: «Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto» (Éxodo 32:4).
La gravedad del pecado no radicaba únicamente en la creación del becerro, sino en tres elementos específicos:
- Sustitución: Reemplazaron a Dios con la imagen del becerro.
- Adoración: Se inclinaron ante el becerro y le ofrecieron sacrificios.
- Atribución: Le dieron crédito al becerro por la liberación de Egipto.
Este ejemplo histórico establece claramente la diferencia entre arte religioso legítimo y idolatría prohibida.
Interpretaciones Denominacionales y Sus Fundamentos

Las diferentes tradiciones cristianas han desarrollado enfoques diversos para interpretar y aplicar el segundo mandamiento, cada una con fundamentos bíblicos y teológicos específicos.
Posición Iconoclasta
Algunas denominaciones, particularmente ciertas corrientes protestantes, interpretan el mandamiento como una prohibición amplia de imágenes religiosas. Esta posición se fundamenta en argumentos teológicos y pastorales específicos que buscan mantener la pureza del culto cristiano.
- Pureza de Adoración: Mantener la adoración libre de cualquier elemento que pueda desviar la atención de Dios.
- Prevención Pastoral: Evitar que los creyentes menos maduros caigan en prácticas idólatras.
- Simplicidad Bíblica: Adherirse a formas de culto que consideran más cercanas al modelo del Nuevo Testamento.
Posición Moderada
Otras tradiciones permiten el arte religioso mientras mantienen clara distinción entre representación y adoración. Esta perspectiva busca equilibrar la libertad artística con la fidelidad bíblica.
- Uso Educativo: Reconocen el valor pedagógico de las imágenes para enseñar la fe.
- Expresión Cultural: Aceptan que el arte religioso puede ser una forma legítima de expresar la fe dentro de contextos culturales específicos.
- Equilibrio Teológico: Buscan mantener el espíritu del mandamiento sin rechazar completamente las representaciones visuales.
Consideraciones Históricas
La controversia iconoclasta del siglo VIII en el Imperio Bizantino y las reformas protestantes del siglo XVI proporcionan contextos históricos importantes para entender estas diferentes posiciones.
Estudios históricos de instituciones como el Museo Británico documentan cómo estas controversias influyeron en el desarrollo del arte cristiano y las prácticas denominacionales.
Aplicaciones Prácticas Para Creyentes Modernos

En el contexto contemporáneo, los creyentes enfrentan decisiones prácticas sobre el uso de imágenes religiosas en sus hogares, iglesias y vida devocional. La clave está en aplicar los principios bíblicos con sabiduría y discernimiento.
En el Hogar
Los espacios domésticos ofrecen oportunidades para expresar la fe a través del arte y los símbolos, siempre manteniendo la perspectiva correcta sobre su propósito y significado.
- Cruces y Símbolos: Pueden servir como recordatorios de la fe y la identidad cristiana, siempre que no se conviertan en objetos de adoración.
- Arte Religioso: Pinturas, grabados o esculturas que representan escenas bíblicas pueden tener valor educativo y estético sin violar el mandamiento.
- Biblias Ilustradas: Las representaciones visuales que acompañan el texto bíblico han sido ampliamente aceptadas como herramientas educativas legítimas.
En la Iglesia
Los espacios de culto requieren consideraciones especiales para mantener el enfoque en la adoración a Dios mientras se aprovechan los beneficios del arte religioso apropiado.
- Arquitectura Simbólica: Elementos arquitectónicos que apuntan hacia conceptos espirituales (como ventanas que dirigen la vista hacia el cielo) pueden enriquecer la experiencia de adoración.
- Arte Devocional: Obras que inspiran reverencia hacia Dios sin convertirse ellas mismas en objetos de culto.
- Herramientas Educativas: Materiales visuales para la enseñanza bíblica y la educación religiosa.
Criterios de Discernimiento
Para evaluar si una práctica relacionada con imágenes es apropiada, los creyentes pueden considerar estas preguntas:
Pregunta | Uso Apropiado | Uso Inapropiado |
---|---|---|
¿Hacia dónde dirige mi atención? | Hacia Dios | Hacia la imagen misma |
¿Qué busco de ella? | Inspiración o recordatorio | Poder o respuestas |
¿Cómo la trato? | Como arte o símbolo | Como objeto sagrado |
¿Podría vivir sin ella? | Sí, es opcional | No, dependo de ella |
¿Qué enseño a otros? | A adorar solo a Dios | A venerar la imagen |
Perspectivas Teológicas Contemporáneas

Los teólogos modernos han aportado perspectivas valiosas para entender el segundo mandamiento en el contexto actual. Instituciones académicas como el Seminario Teológico Fuller han publicado estudios que exploran la intersección entre fe, cultura y expresión artística.
Enfoque Contextual
Esta perspectiva enfatiza que el mandamiento debe interpretarse considerando tanto su contexto original como las realidades culturales contemporáneas.
Reconoce que las formas de expresión religiosa pueden variar entre culturas sin comprometer la esencia del mandamiento.
Enfoque Funcional
Se centra en la función que cumple la imagen o representación en la vida del creyente. Si funciona como ayuda devocional que dirige hacia Dios, puede ser aceptable. Si funciona como sustituto de Dios, viola el mandamiento.
Enfoque Pneumatológico
Considera el papel del Espíritu Santo en guiar a los creyentes hacia prácticas apropiadas, reconociendo que la misma imagen puede ser apropiada para un creyente e inapropiada para otro, dependiendo de su madurez espiritual y contexto.
Sabiduría Práctica Para la Vida Cristiana
Más allá de las discusiones teológicas, el segundo mandamiento ofrece principios prácticos para mantener una relación saludable con Dios y evitar que cualquier cosa ocupe su lugar en nuestras vidas.
Principios Universales
Estos principios trascienden las diferencias denominacionales y culturales, aplicándose a todos los creyentes sin importar su trasfondo específico. Su universalidad los convierte en fundamentos sólidos para la vida cristiana.
- Dios Primero: Nada debe competir con Dios por nuestra devoción y lealtad suprema.
- Corazón Puro: La adoración genuina surge de un corazón que busca a Dios por quién es, no por lo que puede dar.
- Libertad Espiritual: Los creyentes deben mantenerse libres de dependencias espirituales hacia objetos materiales.
- Testimonio Consistente: Nuestras prácticas deben reflejar claramente que adoramos al Dios invisible y verdadero.
Consideraciones Pastorales
Los líderes cristianos enfrentan el desafío de pastorear congregaciones con diferentes trasfondos culturales y niveles de madurez espiritual. La sabiduría pastoral requiere equilibrio y sensibilidad para guiar apropiadamente al pueblo de Dios.
- Enseñanza Clara: Explicar los principios bíblicos sin imponer preferencias denominacionales como mandatos divinos.
- Sensibilidad Cultural: Reconocer que diferentes culturas expresan la fe de maneras diversas, todas potencialmente válidas.
- Discernimiento Individual: Ayudar a cada creyente a aplicar los principios según su contexto y madurez específicos.
- Unidad en Diversidad: Mantener la unidad del cuerpo de Cristo a pesar de diferencias en prácticas secundarias.
Conclusión
El segundo mandamiento, correctamente entendido, no prohíbe toda forma de arte o representación visual, sino que protege la pureza de nuestra adoración a Dios.
La evidencia bíblica demuestra claramente que Dios mismo ordenó crear representaciones artísticas para el tabernáculo y el templo, estableciendo que el problema no radica en la creación de imágenes sino en adorarlas como dioses.
La sabiduría cristiana nos llama a mantener un equilibrio cuidadoso: podemos apreciar el arte religioso, usar símbolos que nos recuerden nuestra fe y crear belleza que glorifique a Dios, siempre que mantengamos nuestros corazones firmemente anclados en la adoración exclusiva del Dios verdadero.
El peligro nunca ha estado en la imagen misma, sino en permitir que cualquier cosa, sea un objeto, una persona o una idea, ocupe el lugar que corresponde únicamente a Dios.
En última instancia, el segundo mandamiento nos invita a una reflexión profunda sobre las prioridades de nuestro corazón.
¿Qué ocupa el lugar central en nuestras vidas? ¿Hacia dónde dirigimos nuestra adoración, confianza y devoción suprema?
Estas preguntas trascienden el debate sobre imágenes físicas y nos llevan al corazón mismo de la fe: la relación personal y exclusiva con el Dios que se reveló en Jesucristo.