
Publicado en agosto 23, 2025, última actualización en septiembre 2, 2025.
En el mundo cristiano contemporáneo, pocos temas generan tanto debate teológico como la continuidad de los dones espirituales extraordinarios.
Esta discusión ha dado lugar a dos escuelas principales de pensamiento: el cesacionismo y el continuacionismo. Ambas posiciones buscan entender la voluntad de Dios para la iglesia moderna, pero llegan a conclusiones diferentes sobre si dones como las lenguas, la profecía y los milagros siguen activos hoy.
Comprender estas perspectivas nos ayuda a formar una visión más completa de la obra del Espíritu Santo en nuestros tiempos.
Puntos Clave
- Los cesacionistas creen que los dones extraordinarios como lenguas, profecía y sanidades cesaron con la era apostólica o la canonización de las Escrituras.
- Los continuacionistas sostienen que todos los dones espirituales mencionados en el Nuevo Testamento permanecen activos en la iglesia contemporánea.
- La base bíblica de ambas posiciones se centra en la interpretación de pasajes como 1 Corintios 13:8-10 y Efesios 2:20.
- Las implicaciones prácticas de cada posición afectan la adoración, el ministerio pastoral y la experiencia espiritual de los creyentes.
- Denominaciones históricas como reformadas y bautistas tienden hacia el cesacionismo, mientras que pentecostales y carismáticos abrazan el continuacionismo.
- El diálogo respetuoso entre ambas posiciones puede enriquecer la comprensión teológica y fortalecer la unidad cristiana.
¿Qué es el Cesacionismo? Fundamentos y Características

El cesacionismo representa una de las tradiciones teológicas más establecidas en el protestantismo histórico. Esta escuela sostiene que ciertos dones espirituales extraordinarios cumplieron su propósito específico en la era apostólica y posteriormente cesaron.
Para entender completamente esta posición, es importante examinar sus fundamentos bíblicos y las razones teológicas que la sustentan.
Definición y Principios Básicos del Cesacionismo
El término «cesacionismo» deriva del latín «cessare», que significa «cesar» o «terminar». Los teólogos cesacionistas argumentan que los dones extraordinarios tenían un propósito específico: autenticar el mensaje apostólico y establecer la iglesia primitiva. Una vez cumplida esta función, estos dones dejaron de ser necesarios.
Los cesacionistas distinguen entre dones ordinarios y extraordinarios. Los dones ordinarios incluyen la enseñanza, el servicio, la administración y el pastoreo, los cuales continúan activos. Los extraordinarios comprenden las lenguas, la interpretación de lenguas, la profecía reveladora y los milagros de sanidad, que según esta perspectiva, cesaron.
Interpretación Bíblica Cesacionista
La base bíblica del cesacionismo se centra principalmente en 1 Corintios 13:8-10, donde Pablo escribe: «El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, cesarán las lenguas y la ciencia acabará. Porque en parte conocemos y en parte profetizamos; pero cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.»
Los cesacionistas interpretan «lo perfecto» de diferentes maneras. Algunos lo identifican con la canonización completa de las Escrituras, argumentando que una vez establecido el canon bíblico, ya no se necesitaban revelaciones adicionales a través de la profecía o lenguas interpretadas.
Otros pasajes frecuentemente citados incluyen Efesios 2:20, que describe a la iglesia como «edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas». Los cesacionistas argumentan que este fundamento fue establecido una sola vez en la historia, y por tanto, los roles apostólicos y proféticos extraordinarios cumplieron su propósito.
Representantes Destacados del Cesacionismo
Entre los teólogos cesacionistas más influyentes encontramos a John MacArthur, pastor y autor de «Strange Fire», quien argumenta vigorosamente contra el movimiento carismático moderno. B.B. Warfield, teólogo de Princeton Seminary, desarrolló muchos de los argumentos cesacionistas fundamentales en su obra sobre los milagros.
R.C. Sproul también defendió una posición cesacionista moderada, reconociendo la soberanía de Dios para obrar milagros mientras cuestionaba las manifestaciones carismáticas contemporáneas. Estos líderes han influido significativamente en las tradiciones reformada, presbiteriana y bautista.
¿Qué es el Continuacionismo? Bases y Fundamentos

El continuacionismo surge como respuesta a la posición cesacionista, afirmando que todos los dones espirituales mencionados en el Nuevo Testamento permanecen disponibles para la iglesia contemporánea. Esta perspectiva ha cobrado fuerza especialmente durante los últimos dos siglos con el surgimiento de los movimientos pentecostal y carismático.
Principios Centrales del Continuacionismo
Los continuacionistas sostienen que no existe evidencia bíblica clara de que los dones espirituales hayan cesado. Argumentan que la promesa de Joel 2:28-29 sobre el derramamiento del Espíritu en los últimos días se extiende hasta la segunda venida de Cristo.
Esta escuela enfatiza que los dones son expresiones del amor de Dios hacia su pueblo y herramientas para la edificación de la iglesia y la evangelización del mundo. Consideran que limitar la obra del Espíritu Santo contradice su naturaleza eterna e inmutable.
Fundamentos Bíblicos del Continuacionismo
Los continuacionistas interpretan 1 Corintios 13:8-10 de manera diferente. Para ellos, «lo perfecto» se refiere a la segunda venida de Cristo o al estado eterno, no a la canonización de las Escrituras. Hasta entonces, la iglesia necesita todos los dones para su funcionamiento pleno.
Citan 1 Corintios 1:7: «de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo». Interpretan esto como una promesa de que los dones permanecerán hasta la segunda venida.
También señalan Efesios 4:11-13, donde Pablo describe los dones ministeriales «hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo».
Líderes y Teólogos Continuacionistas
Wayne Grudem, teólogo y profesor en Phoenix Seminary, es uno de los defensores académicos más respetados del continuacionismo. Su obra «El don de profecía en el Nuevo Testamento y hoy» ofrece una defensa erudita de la continuidad profética.
Jack Deere, ex cesacionista convertido al continuacionismo, escribió «Surprised by the Power of the Spirit», documentando su cambio de perspectiva. Sam Storms y John Piper representan el «continuacionismo reformado», combinando la teología reformada con la apertura a los dones espirituales.
Principales Diferencias Teológicas Entre Ambas Escuelas

Las diferencias entre cesacionismo y continuacionismo van más allá de la simple presencia o ausencia de dones espirituales. Estas escuelas difieren en aspectos fundamentales de la teología, la hermenéutica bíblica y la comprensión de la obra del Espíritu Santo en la era actual.
Tabla Comparativa: Cesacionismo vs Continuacionismo
Aspecto | Cesacionismo | Continuacionismo |
---|---|---|
Duración de los dones extraordinarios | Cesaron en la era apostólica | Continúan hasta hoy |
Propósito de los dones | Autenticar el mensaje apostólico | Edificar la iglesia y evangelizar |
Interpretación de «lo perfecto» | Canon bíblico completo | Segunda venida de Cristo |
Revelación contemporánea | Solo a través de las Escrituras | Posible a través de profecía |
Milagros modernos | Excepcionales, no normativos | Parte normal de la vida cristiana |
Autoridad final | Sola Scriptura absoluta | Escritura + experiencia guiada por Escritura |
Diferencias en la Hermenéutica Bíblica
La hermenéutica, o método de interpretación bíblica, varía significativamente entre ambas escuelas. Los cesacionistas tienden a aplicar un principio hermenéutico más restrictivo, enfatizando que las prácticas extraordinarias del Nuevo Testamento fueron específicas para la era apostólica.
Los continuacionistas adoptan una hermenéutica más inclusiva, argumentando que a menos que la Escritura declare explícitamente el cese de un don, debemos asumir su continuidad. Esta diferencia metodológica influye profundamente en sus conclusiones teológicas.
Perspectivas sobre la Revelación Divina
Una diferencia crucial radica en la comprensión de la revelación contemporánea. Los cesacionistas sostienen que la revelación especial de Dios se completó con el canon bíblico. Cualquier supuesta revelación adicional debe ser evaluada y, generalmente, rechazada como no autoritativa.
Los continuacionistas, especialmente aquellos que creen en la profecía contemporánea, aceptan que Dios puede comunicarse directamente con los creyentes hoy, aunque siempre subordinado a la autoridad de las Escrituras. Ven la profecía moderna como edificación, exhortación y consolación, no como nueva doctrina.
Impacto en la Práctica Cristiana y el Ministerio

Las diferencias teológicas entre cesacionismo y continuacionismo se traducen en aproximaciones ministeriales y prácticas espirituales marcadamente diferentes. Estas variaciones afectan desde la estructura del culto hasta la consejería pastoral y la evangelización.
Influencia en el Culto y la Adoración
En las iglesias cesacionistas, el culto típicamente se centra en la predicación expositiva, la música congregacional y la oración. Se enfatiza el orden, la preparación cuidadosa y la enseñanza doctrinal sólida. Los líderes valoran la predictibilidad y la estructura como medios para honrar a Dios.
Las congregaciones continuacionistas incorporan elementos como la oración por sanidad, la profecía congregacional, las lenguas con interpretación y la adoración espontánea. Valoran la apertura a la dirección del Espíritu Santo durante los servicios y esperan manifestaciones sobrenaturales como parte normal de la experiencia cristiana.
Enfoques en el Ministerio Pastoral
Los pastores cesacionistas se concentran en la enseñanza sistemática de la Escritura, la consejería bíblica estructurada y el discipulado a través del estudio profundo de la Palabra. Su autoridad ministerial se deriva de su conocimiento bíblico y capacidad de enseñanza.
Los pastores continuacionistas, sin descuidar la enseñanza, también incorporan la oración profética, el ministerio de sanidad y la dirección carismática en su liderazgo. Buscan equilibrar el estudio bíblico con la sensibilidad a la voz del Espíritu Santo.
Diferencias en la Evangelización
Las estrategias evangelísticas también reflejan estas diferencias teológicas. Los cesacionistas enfatizan la predicación clara del evangelio, el uso de argumentos racionales y apologéticos, y el testimonio personal basado en la transformación moral.
Los continuacionistas incorporan la oración por los enfermos, las palabras proféticas para no creyentes y la demostración del poder de Dios como componentes evangelísticos. Ven los dones espirituales como herramientas efectivas para atraer personas a Cristo y confirmar la veracidad del mensaje.
Denominaciones y Tradiciones Asociadas

A lo largo de la historia cristiana, diferentes denominaciones han adoptado predominantemente una u otra perspectiva, aunque siempre existen excepciones y matices dentro de cada tradición.
Comprender estas asociaciones denominacionales ayuda a contextualizar el debate teológico más amplio.
Denominaciones Principalmente Cesacionistas
Las iglesias reformadas y presbiterianas históricamente han mantenido posiciones cesacionistas. La Confesión de Westminster, documento fundacional del presbiterianismo, refleja esta perspectiva al enfatizar la suficiencia de las Escrituras como única regla de fe y práctica.
Las iglesias bautistas, especialmente las de orientación conservadora como la Convención Bautista del Sur, tradicionalmente abrazan el cesacionismo. Valoran la autoridad bíblica absoluta y son cautelosas respecto a experiencias espirituales subjetivas que puedan competir con la Escritura.
Las iglesias luteranas y anglicanas conservadoras también tienden hacia posiciones cesacionistas, aunque con mayor variación interna que las tradiciones anteriores.
Denominaciones Continuacionistas
El movimiento pentecostal, iniciado a principios del siglo XX, representa el continuacionismo más clásico. Las Asambleas de Dios, la Iglesia de Dios en Cristo y otras denominaciones pentecostales enfatizan el bautismo en el Espíritu Santo con la evidencia inicial de hablar en lenguas.
El movimiento carismático, que surgió en las décadas de 1960-1970, llevó las prácticas continuacionistas a denominaciones tradicionales. Católicos carismáticos, episcopales renovados y luteranos carismáticos adoptaron elementos continuacionistas dentro de sus estructuras denominacionales existentes.
Las iglesias neopentecostales contemporáneas, como Hillsong, Bethel Church y muchas megaiglesias, representan formas modernas de continuacionismo que enfatizan particularmente la prosperidad, la sanidad y la guerra espiritual.
Posiciones Intermedias y Matices
No todas las iglesias encajan perfectamente en estas categorías. Existe un «continuacionismo reformado» que acepta todos los dones mientras mantiene controles doctrinales estrictos. John Piper y Wayne Grudem lideran esta corriente.
También existe un «cesacionismo blando» que reconoce la posibilidad de dones extraordinarios mientras mantiene escepticismo sobre sus manifestaciones contemporáneas típicas. Estas posiciones intermedias buscan navegar entre la apertura espiritual y la cautela doctrinal.
Evidencia Histórica y Testimonios Documentados

El debate entre cesacionismo y continuacionismo no es meramente teórico; ambas posiciones apelan a evidencia histórica para sustentar sus argumentos. Examinar esta evidencia proporciona perspectiva sobre la continuidad o discontinuidad de los dones espirituales a través de la historia cristiana.
Evidencia Histórica del Cesacionismo
Los cesacionistas señalan que los milagros y dones extraordinarios aparentemente disminuyeron después de la era apostólica. Citan a Juan Crisóstomo (siglo IV), quien observó que las lenguas «solían ocurrir entonces, pero ahora ya no suceden más».
Agustín de Hipona inicialmente sostuvo que los milagros habían cesado, aunque más tarde modificó su posición al presenciar sanidades en su propia diócesis. Los cesacionistas interpretan sus primeras declaraciones como evidencia del cese temprano de los dones.
Durante la Reforma Protestante, líderes como Juan Calvino expresaron escepticismo sobre los milagros contemporáneos, considerándolos innecesarios una vez establecida la autoridad bíblica. Los reformadores enfatizaron que la Palabra escrita había reemplazado la necesidad de confirmación sobrenatural continua.
Testimonios Continuacionistas a Través de la Historia
Los continuacionistas documentan manifestaciones sobrenaturales continuas en diversas épocas. Los Padres del Desierto (siglos III-V) registraron numerosos milagros, visiones y dones espirituales. San Antonio y otros ermitaños experimentaron manifestaciones extraordinarias.
Durante la Edad Media, figuras como Francisco de Asís, Domingo de Guzmán y múltiples santos documentaron experiencias místicas, milagros y dones proféticos. Los continuacionistas interpretan estos testimonios como evidencia de la continuidad ininterrumpida de los dones.
Los movimientos de avivamiento como el de los Hugonotes franceses (Camisards), los cuáqueros, los metodistas primitivos y los moravos registraron manifestaciones carismáticas antes del pentecostalismo moderno. Estos precedentes históricos fortalecen los argumentos continuacionistas.
Estudios Académicos Contemporáneos
La Universidad de Southern California ha documentado sanidades inexplicables en contextos cristianos. El Global Medical Research Institute estudia fenómenos de sanidad en comunidades pentecostales, encontrando casos que desafían explicaciones médicas convencionales.
El International Bulletin of Mission Research ha publicado estudios sobre el crecimiento del cristianismo global, mostrando correlación entre manifestaciones sobrenaturales reportadas y expansión evangelística, particularmente en el Sur Global.
Craig Keener, profesor en Asbury Theological Seminary, documentó miles de testimonios de milagros contemporáneos en su obra académica «Miracles: The Credibility of the New Testament Accounts», proporcionando análisis académico riguroso de fenómenos sobrenaturales reportados.
Puntos de Encuentro y Diálogo Constructivo

A pesar de sus diferencias fundamentales, cesacionistas y continuacionistas comparten terreno común significativo que puede servir como base para el diálogo respetuoso y la cooperación ministerial. Reconocer estos puntos de convergencia es esencial para mantener la unidad cristiana mientras se navegan las diferencias teológicas.
Fundamentos Compartidos Entre Ambas Posiciones
Ambas escuelas afirman la autoridad suprema de las Escrituras como palabra inspirada de Dios. Aunque difieran en su interpretación específica, tanto cesacionistas como continuacionistas sostienen que la Biblia es la norma final para evaluar toda experiencia espiritual y enseñanza doctrinal.
Las dos posiciones reconocen la obra del Espíritu Santo en la vida cristiana contemporánea. Los cesacionistas no niegan la actividad del Espíritu, sino que la limitan a ciertos aspectos como la regeneración, santificación y el fruto espiritual. Los continuacionistas simplemente extienden esta actividad a incluir dones extraordinarios.
Áreas de Cooperación Práctica
En el ámbito de la evangelización, ambas tradiciones pueden colaborar efectivamente. Mientras los métodos puedan diferir, el objetivo común de hacer discípulos de todas las naciones trasciende las diferencias sobre los dones espirituales.
La acción social representa otro punto de encuentro. Tanto iglesias cesacionistas como continuacionistas han liderado iniciativas de justicia social, cuidado de pobres, educación y atención médica. El amor cristiano expresado en servicio práctico une a ambas tradiciones.
Principios para el Diálogo Respetuoso
El diálogo académico serio beneficia a ambas posiciones. Teólogos como Sam Storms (continuacionista) y Tom Schreiner (cesacionista) han demostrado que es posible mantener conversaciones rigurosas y respetuosas sobre estos temas complejos.
Reconocer que hermanos sinceros pueden llegar a conclusiones diferentes sobre pasajes difíciles promueve la humildad intelectual. La Universidad de Wheaton y el Seminario Teológico Gordon-Conwell han facilitado diálogos constructivos entre representantes de ambas posiciones.
Modelos de Convivencia Denominacional
Algunas denominaciones han encontrado maneras de acomodar ambas perspectivas dentro de su estructura. La Iglesia Anglicana incluye tanto congregaciones cesacionistas tradicionales como comunidades carismáticas renovadas, manteniendo unidad organizacional a pesar de la diversidad práctica.
Ciertos seminarios teológicos ofrecen cursos que presentan ambas posiciones de manera equilibrada, permitiendo a los estudiantes formar sus propias convicciones informadas. Este enfoque educativo fomenta el respeto mutuo y la comprensión profunda de las diferencias teológicas legítimas.
Conclusión
El debate entre cesacionismo y continuacionismo representa una de las conversaciones teológicas más significativas del cristianismo contemporáneo. Cada posición aporta perspectivas valiosas sobre la naturaleza de los dones espirituales, la obra del Espíritu Santo y la vida de la iglesia.
Los cesacionistas nos recuerdan la centralidad de las Escrituras y la importancia de evaluar toda experiencia espiritual bajo su luz. Los continuacionistas enfatizan la vitalidad continua del Espíritu Santo y su deseo de ministrar sobrenaturalmente a través de su pueblo.
Más allá de nuestras diferencias interpretativas, ambas tradiciones comparten el compromiso fundamental con el evangelio de Jesucristo y el deseo de ver la iglesia florecer en santidad y poder. La diversidad de perspectivas puede enriquecer nuestra comprensión colectiva del misterio de Dios, siempre que mantengamos corazones humildes y espíritus enseñables.
La historia de la iglesia muestra que Dios ha usado poderosamente tanto a comunidades cesacionistas como continuacionistas para avanzar su reino. En lugar de permitir que estas diferencias nos dividan, podemos celebrar la riqueza de la tradición cristiana mientras buscamos juntos glorificar a Cristo en todas las dimensiones de la vida y el ministerio.
Al final, nuestra unidad no se encuentra en la uniformidad teológica perfecta, sino en nuestra común devoción a Jesucristo como Señor y Salvador, y en nuestro compromiso compartido de amar a Dios y servir a su pueblo con integridad, gracia y verdad.