
A los ocho años de edad, Josías, un niño se convirtió en rey de una nación sumida en la apostasía más profunda.
Su padre había sido asesinado, y el reino de Judá se encontraba rodeado de ídolos, altares paganos y prácticas que habían profanado incluso el templo del Señor. Sin embargo, este joven llamado Josías se convertiría en uno de los reyes más extraordinarios en la historia del pueblo de Dios.
Su historia nos enseña que la edad no es barrera para servir a Dios con todo el corazón, y que cuando la Palabra de Dios es redescubierta y obedecida, puede transformar no solo a una persona, sino a toda una nación.
Puntos Clave
- Liderazgo juvenil excepcional: Josías comenzó a reinar a los 8 años y demostró desde temprano un corazón inclinado hacia Dios
- Reforma gradual y sistemática: A los 16 años comenzó a buscar al Dios de su padre David, iniciando un proceso espiritual claro
- Redescubrimiento de la Palabra: El hallazgo del Libro de la Ley en el templo marcó el punto culminante de su reforma
- Reformas más profundas de la historia: No hubo otro rey antes de él que se convirtiese a Jehová de todo su corazón, de toda su alma y de todas sus fuerzas
- Confirmación arqueológica: Recientes descubrimientos arqueológicos en Meguido confirman los relatos bíblicos de su muerte en batalla
- Legado transformador: Su reforma religiosa fue la más importante de la historia del reino de Judá
Un Niño Rey en Tiempos Turbulentos

Cuando Josías comenzó a reinar era de ocho años, y reinó en Jerusalén treinta y un años. El nombre de su madre fue Jedida hija de Adaía, de Boscat. Este pequeño niño llegó al trono de Judá en circunstancias extraordinarias: el asesinato de su padre Amón a manos de sus propios siervos.
El contexto político era complejo. Al subir al trono la situación internacional era inestable: en el este el imperio asirio comenzaba a desintegrarse y el babilónico aún no lo había sustituido, y al oeste Egipto todavía se estaba recuperando de la dominación asiria.
Esta debilidad de las grandes potencias permitió que Judá pudiera gobernarse con mayor independencia.
El Contraste Familiar
A diferencia de su padre Amón y su abuelo Manasés, quienes habían sido reyes extremadamente malvados, Josías hizo lo recto ante los ojos de Jehová, y anduvo en todo el camino de David su padre, sin apartarse a derecha ni a izquierda. Este contraste dramático nos recuerda que nuestro trasfondo familiar no determina nuestro destino espiritual.
La mención de su madre Jedida («amada») sugiere la importancia de la influencia materna en la formación del carácter de este joven rey, similar a lo que vimos con la madre de Ezequías.
Las Primeras Reformas: Un Proceso Gradual

Josías, a los 16 años de edad, comenzó a buscar al Dios de su padre David. El proceso espiritual que este joven sigue es muy claro. En primer lugar, busca a Jehová. En segundo lugar, encomienda la restauración en el templo. En tercer lugar, se produce una limpieza y eliminación de todo lo pagano.
El Cronología de la Reforma
Contrario a lo que muchos piensan, las reformas de Josías no comenzaron con el hallazgo del Libro de la Ley.
En el relato de 2Crónicas se aclara que las reformas, no sólo edilicias, sino sustanciales, de organización de la religión en torno al Dios único que reclama un templo único, abolición de la idolatría, etc. comenzaron en el año doce de su reinado, es decir, seis años antes del hallazgo de la Ley.
A los 20 años, Josías inició una gran reforma religiosa sistemática:
- Destrucción de la idolatría: Destruyó altares paganos, imágenes de ídolos y lugares de adoración falsos. Se sacan del santuario todos los objetos del culto de Baal, Asera y todo el ejército de los cielos. Todo esto es quemado en los campos de Cedrón.
- Eliminación de prácticas abominables: Josías ataca el problema de la prostitución religiosa en el templo. ¡Parece increíble que nada menos que en el templo del Señor se cometan esos pecados!
- Expansión territorial: Aprovechó la debilidad asiria para extender su reforma incluso al territorio del antiguo reino del norte de Israel.
El Gran Descubrimiento: El Hallazgo del Libro de la Ley

En el año decimoctavo de su reinado (622 a.C.), mientras se realizaban reparaciones en el templo, ocurrió el evento que marcaría el punto culminante de las reformas de Josías.
Entonces dijo el sumo sacerdote Hilcías al escriba Safán: He hallado el libro de la ley en la casa de Jehová. E Hilcías dio el libro a Safán, y lo leyó.
¿Qué Libro Encontraron?
¿Qué libro encontraron? No el Pentateuco, que es lo que luego se llamó La Ley, pero que es redacción final del tiempo de Esdras, dos siglos más tarde, sino algún núcleo de esa Ley.
Desde el siglo XIX se lo suele identificar con el Deuteronomio; aunque no exactamente con el Dt que nosotros conocemos, sino con algunos capítulos que constituirían su primera formulación: Dt 6-28.
Según Deuteronomio 31:24-27, debía haber una copia de este Libro de la Ley a un lado del arca del pacto, iniciando desde los días de Moisés. Durante los reinados impíos de Manasés y Amón, este precioso libro había sido abandonado y olvidado.
La Reacción del Rey
Luego que el rey oyó las palabras de la ley, rasgó sus vestidos. El oír la palabra de Dios hizo una obra espiritual en el rey Josías. No se trataba simplemente de la transmisión de información; el oír la palabra de Dios tuvo un impacto de poder espiritual en Josías.
La reacción de Josías fue inmediata y profunda. Cuando el escriba Safán lo leyó a Josías, el rey rasgó sus vestiduras, señal de duelo y arrepentimiento. Al escuchar las palabras del Deuteronomio, especialmente las maldiciones sobre la desobediencia, Josías comprendió cuán lejos había estado la nación de los caminos de Dios.
La Consulta a la Profetisa Hulda

Profundamente conmovido por lo que había escuchado, Josías envió a consultar a Dios a través de la profetisa Hulda. Sabemos poco de esta mujer aparte de lo que se menciona aquí. Con la clara aprobación del rey Josías, Hilcías, el sacerdote, consultó a esta mujer en busca de guía espiritual.
La respuesta divina fue clara: el juicio era inevitable debido a los pecados acumulados de la nación, pero Josías mismo no lo vería debido a su corazón tierno y su humildad ante Dios. Juicios inevitables a veces son retrasados debido a los corazones enternecidos del pueblo de Dios.
La Renovación del Pacto y las Reformas Profundas

El rey Josías llamó a un tiempo de arrepentimiento nacional. La Ley fue leída al pueblo y se hizo un pacto entre el pueblo y el Señor. Este momento representa uno de los avivamientos más genuinos en la historia de Israel.
Las Reformas Específicas
Con el Libro de la Ley como fundamento, Josías emprendió reformas aún más sistemáticas:
- Purificación del Templo: Josías comenzó con las reformas más profundas del mismo templo. Había ídolos dedicados a Baal, Asera, y a todo el ejército de los cielos en el mismo templo.
- Destrucción de lugares altos: Profanó y destruyó todos los santuarios paganos, incluyendo aquellos establecidos por el mismo rey Salomón siglos atrás.
- Eliminación del culto astral: Removió todos los elementos relacionados con la adoración de los cuerpos celestes que habían contaminado la verdadera adoración.
- Centralización del culto: Estableció firmemente a Jerusalén como el único lugar legítimo de adoración, cumpliendo así el mandato del Deuteronomio.
La Gran Pascua
Se celebró la Pascua que, desde los tiempos del rey Ezequías, casi un siglo atrás, no se había solemnizado. La Pascua de Josías no fue una fiesta para celebrar sus reformas. La Pascua se celebró en obediencia al libro del pacto.
No se había celebrado una Pascua como esta en Israel desde los días del profeta Samuel; ni ningún rey de Israel celebró la Pascua tal como la que celebró el rey Josías.
El Error Fatal: La Batalla de Meguido

A pesar de su fidelidad extraordinaria, Josías cometió un error crucial al final de su vida. En 609 a.C., cuando el faraón Necao II marchaba hacia el Éufrates para ayudar a los asirios contra Babilonia, Josías decidió interceptarlo.
El Contexto Político
Los medos y babilonios estaban atacando a Asiria (en Harán). Nínive había caído ya, pero la resistencia asiria continuaba. El faraón Necao trató de acudir en auxilio de Asiria, no contra ella. Josías, como aliado de Babilonia, se opuso a este paso.
La Advertencia Ignorada
Necao le envió mensajeros, diciendo: ¿Qué tengo yo contigo, rey de Judá? Yo no vengo contra ti hoy, sino contra la casa que me hace guerra; y Dios me ha dicho que me apresure. Deja de oponerte a Dios, quien está conmigo, no sea que él te destruya.
Sorprendentemente, Josías se disfrazó y entró en batalla, desobedeciendo la dirección divina. Ese acto de presunción y falta de discernimiento resultó en su muerte en la batalla de Meguido.
Confirmación Arqueológica
Recientes hallazgos arqueológicos en Meguido arrojan luz sobre la muerte del rey Josías de Judá a manos del faraón Necao II. Los arqueólogos encontraron varios cuencos, tinajas y ollas que según los expertos, debió ser de un ejército por la gran cantidad y la tosquedad de los implementos.
La gran cantidad de cerámica egipcia hallada procede del Valle del Nilo, y se acompaña del mismo material de origen griego. Este descubrimiento confirma que fuerzas egipcias y mercenarios griegos estuvieron en Meguido a finales del siglo VII a.C.
El Legado Duradero de Josías

A pesar de su final trágico, el legado de Josías fue extraordinario y duradero.
Impacto Espiritual
Según el arqueólogo Israel Finkelstein y el historiador Neil Silberman, las reformas llevadas a cabo por el rey Josías establecieron los cimientos del judaísmo y el cristianismo del futuro.
El proyecto de reforma de Josías, a pesar de que a priori pareciera acabarse con él, sin embargo, proporcionó a su pueblo un sentimiento nacional alrededor de una fe centralizada en el Templo de Jerusalén.
La Palabra de Dios Restaurada
A lo largo de la historia del pueblo de Dios, cuando la palabra de Dios se recupera y se difunde, sigue el avivamiento espiritual. Puede comenzar tan simplemente como lo hizo en los días de Josías, con un hombre encontrando, leyendo, creyendo y difundiendo el Libro.
Un Modelo para Líderes Jóvenes
Incluso los niños tienen un enorme potencial para vivir para Dios y tener un gran impacto. Josías vivió una vida completamente comprometida y obediente a Dios y fue bendecido por ello.
Lecciones Espirituales de la Vida de Josías
El Poder Transformador de la Palabra
Josías sabía que sin el Libro, el templo y los muebles estaban incompletos. Sin la autoridad del «Libro de la Ley», específicamente el Nuevo Pacto, todos los adornos de la «adoración» son vanos, sin sentido e inaceptables.
La Importancia de la Humildad
La muerte prematura de Josías nos recuerda que incluso los líderes más piadosos deben mantener la humildad y buscar constantemente la dirección divina. Su ejemplo nos desafía a buscar a Dios con sinceridad y actuar con sabiduría.
La Responsabilidad del Liderazgo
Josías demostró que el verdadero liderazgo espiritual implica no solo reformar estructuras externas, sino también restaurar el fundamento de la Palabra de Dios en la vida del pueblo.
Conclusión
La historia del rey Josías nos presenta un testimonio extraordinario del poder transformador de la Palabra de Dios y del impacto que puede tener un corazón completamente rendido al Señor. Desde sus humildes comienzos como un niño de ocho años hasta convertirse en el reformador más grande en la historia de Judá, Josías nos enseña que Dios puede usar a cualquier persona, sin importar su edad, cuando esa persona está dispuesta a buscarle con todo el corazón.
Su legado perdura no solo en las reformas que implementó, sino en el principio fundamental que estableció: que la Palabra de Dios debe ser el fundamento y la autoridad máxima en la vida del pueblo de Dios. El redescubrimiento del Libro de la Ley en el templo no fue simplemente un evento histórico, sino un recordatorio eterno de que cuando la Palabra de Dios es restaurada a su lugar correcto, inevitablemente sigue un avivamiento genuino.
Aunque su final fue trágico debido a un momento de independencia de la voluntad divina, su vida general permanece como un modelo de fidelidad, reforma y compromiso total con Dios.
Los recientes descubrimientos arqueológicos que confirman los detalles bíblicos de su muerte nos recuerdan que estas no son simplemente historias religiosas, sino eventos históricos reales que continúan hablándonos hoy sobre la importancia de vivir bajo la autoridad de la Palabra de Dios y mantener un corazón humilde ante Él.