
Una de las diferencias más profundas entre las tradiciones católica y protestante radica en la interpretación del mandato de Jesús sobre el perdón de pecados.
Cuando el Salvador resucitado sopló sobre sus apóstoles y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos» (Juan 20:22-23), estableció lo que muchos consideran uno de los fundamentos más importantes del ministerio cristiano.
Sin embargo, la comprensión de estas palabras ha dividido a los cristianos durante siglos.
Puntos Clave
- Interpretación católica: Los católicos creen que Jesús otorgó a los apóstoles y sus sucesores el poder sacramental de perdonar pecados a través del sacramento de la confesión.
- Perspectiva protestante: Los protestantes interpretan este pasaje como una autoridad declarativa para proclamar el perdón de Dios, no para otorgarlo directamente.
- Base bíblica compartida: Ambas tradiciones reconocen que Juan 20:23 es fundamental, pero difieren en su aplicación práctica.
- Principio de autoridad: La diferencia se fundamenta en la sola scriptura protestante versus la autoridad de la Escritura, Tradición y Magisterio católicos.
- Sucesión apostólica: El catolicismo enfatiza la transmisión del poder apostólico, mientras el protestantismo se enfoca en la predicación del evangelio.
- Mediación sacerdotal: Los católicos afirman la necesidad de mediadores humanos ordenados, los protestantes defienden el acceso directo a Dios.
La Posición Católica: El Sacramento del Perdón

La Iglesia Católica fundamenta su práctica sacramental en una comprensión literal de las palabras de Cristo.
Según la doctrina católica, cuando Jesús dijo a los apóstoles que podían perdonar o retener pecados, les estaba confiriendo un poder divino real y transferible.
Fundamentos Bíblicos de la Interpretación Católica
La perspectiva católica se apoya en varios pasajes bíblicos que, según su interpretación, demuestran la autoridad apostólica para perdonar pecados. El Catecismo de la Iglesia Católica enseña que «Cristo, después de su Resurrección envió a sus apóstoles a predicar ‘en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones’ (Lc 24, 47)«.
Los católicos también señalan Mateo 16:19 y Mateo 18:18, donde Jesús habla de «atar y desatar«, como evidencia adicional del poder sacramental otorgado a los apóstoles.
Durante su ministerio terrenal, Cristo perdonó pecados directamente, como en el caso de la mujer sorprendida en adulterio (Juan 8:1-11) y la mujer que ungió sus pies (Lucas 7:48).
La Sucesión Apostólica y la Transmisión del Poder
Un elemento central de la doctrina católica es la creencia en la sucesión apostólica. Los católicos sostienen que «en todo el mundo, todos los obispos católicos forman parte de un linaje que se remonta a la época de los apóstoles, algo que es imposible en las denominaciones protestantes».
Esta cadena ininterrumpida de ordenación episcopal garantiza, según la enseñanza católica, que el poder de perdonar pecados se haya transmitido desde los apóstoles hasta los sacerdotes actuales.
La Iglesia primitiva, según fuentes católicas, practicaba la confesión sacramental desde sus inicios. Los registros históricos muestran que «en los primeros escritos cristianos no encontramos signos de protestas respecto del perdón sacramental de los pecados.
Todo lo contrario. Encontramos que confesarse ante un sacerdote era aceptado como parte del depósito de fe original transmitido por los apóstoles».
La Perspectiva Protestante: Proclamación del Perdón Divino

Los protestantes interpretan Juan 20:23 de manera fundamentalmente diferente.
En lugar de ver estas palabras como la concesión de un poder sacramental, las entienden como una comisión para proclamar el perdón de Dios a través de la predicación del evangelio.
La Interpretación Declarativa
Según la perspectiva protestante, «es la predicación del evangelio la que lleva al perdón de pecados o a su retención. Es decir, lo que Cristo quiso decir lo podemos ver de esta manera: aquellos que se arrepientan y crean el evangelio serán y son perdonados«.
Esta interpretación enfatiza que los apóstoles recibieron la responsabilidad de declarar los términos bajo los cuales Dios perdona, no el poder de perdonar por sí mismos.
Los protestantes señalan que «los verbos son pasivos perfectos con voz pasiva (los cual implica que solo Dios actúa y perdona pecados y los discípulos simplemente declaran lo que Dios hace)». Esta análisis gramatical sugiere que el perdón proviene de Dios, no de los apóstoles.
Objeciones Protestantes a la Confesión Sacramental
Los protestantes presentan varias objeciones teológicas a la práctica católica de la confesión:
- Solo Dios puede perdonar pecados: Basándose en Marcos 2:7, los protestantes afirman que «la Escritura es clara cuando dice que solo Dios puede perdonar pecados».
- Ausencia de ejemplos apostólicos: «Los apóstoles ni una sola vez en el Nuevo Testamento actuaron como si tuvieran autoridad para perdonar el pecado de una persona».
- Cristo como único mediador: Los protestantes enfatizan 1 Timoteo 2:5: «Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre».
El Principio de Autoridad: Sola Scriptura versus Tradición

La raíz de esta diferencia interpretativa se encuentra en dos conceptos distintos de autoridad religiosa. Esta distinción fundamental afecta no solo la doctrina del perdón de pecados, sino muchos otros aspectos de la fe cristiana.
La Sola Scriptura Protestante
«Sola scriptura significa que solamente la Escritura tiene autoridad para la fe y la práctica del cristiano. La Biblia es completa, autoritativa y verdadera». Este principio, que fue «el ‘grito de guerra’ de la Reforma Protestante», establece que toda doctrina debe ser evaluada exclusivamente por las Escrituras.
Para los protestantes, «las Escrituras son la norma final en todos los juicios de fe y práctica». Esto significa que cualquier práctica o doctrina debe tener apoyo bíblico explícito para ser considerada válida.
La Triple Autoridad Católica
Los católicos, por el contrario, reconocen tres fuentes de autoridad: la Escritura, la Tradición y el Magisterio. «Las Escrituras y la Tradición no se encuentran una al lado de la otra como fuentes de autoridad distintas y en pugna. Son más bien parte de un todo armonioso».
Según la enseñanza católica, «La Sagrada Tradición, pues, y la Sagrada Escritura constituyen un solo depósito sagrado de la palabra de Dios, confiado a la Iglesia».
Esta perspectiva permite a los católicos mantener doctrinas que, aunque no estén explícitamente detalladas en la Escritura, se consideren parte de la revelación divina transmitida oralmente por los apóstoles.
Diferencias en la Comprensión de la Iglesia

Las dos tradiciones también difieren en su comprensión básica de lo que constituye la Iglesia, lo cual afecta directamente su perspectiva sobre el perdón de pecados.
La Iglesia Visible Católica versus la Iglesia Invisible Protestante
«Muchas de las Iglesias protestantes que niegan la sucesión apostólica, suelen ver también a la Iglesia, no como un organismo visible (compuesto por todos los bautizados, y con las jerarquías que instituyeron los apóstoles: Obispos, presbíteros, diáconos) sino como un organismo invisible».
Esta diferencia conceptual es crucial. La Iglesia Católica se ve a sí misma como una institución visible, jerárquicamente organizada, con autoridad divina para administrar los sacramentos.
Los protestantes, especialmente los evangélicos, tienden a ver la Iglesia como una comunión espiritual de creyentes que trasciende las denominaciones organizadas.
Aspecto | Perspectiva Católica | Perspectiva Protestante |
---|---|---|
Naturaleza de la Iglesia | Institución visible con jerarquía divina | Comunión invisible de creyentes |
Autoridad | Escritura + Tradición + Magisterio | Solo la Escritura |
Sucesión Apostólica | Esencial e ininterrumpida | No necesaria o inexistente |
Perdón de Pecados | Poder sacramental real | Proclamación declarativa |
Mediación | A través de sacerdotes ordenados | Directamente a Cristo |
Implicaciones Prácticas de Estas Diferencias
Estas diferencias doctrinales tienen consecuencias prácticas significativas en la vida de los creyentes de ambas tradiciones.
En la Práctica Católica
Los católicos buscan el sacramento de la reconciliación para obtener el perdón sacramental. «El católico, después de una confesión bien hecha, cuando el sacerdote levanta su mano consagrada y le dice: ‘Yo te absuelvo en el nombre del Padre…’, queda con una gran seguridad de haber sido perdonado y con una paz en el alma que no encuentra por ningún otro camino».
La confesión católica ofrece:
- Certeza sacramental del perdón
- Dirección espiritual personalizada
- Disciplina regular de examen de conciencia
- Sentido de comunión con la Iglesia
En la Práctica Protestante
Los protestantes confesan sus pecados directamente a Dios, siguiendo 1 Juan 1:9: «1 de Juan 1:9 dice a los creyentes que confiesen sus pecados a Dios. Dios es fiel y justo para perdonar nuestros pecados si se los confesamos».
La práctica protestante enfatiza:
- Acceso directo a Dios sin intermediarios humanos
- Responsabilidad personal en el arrepentimiento
- Libertad de la mediación sacerdotal
- Confianza en la gracia divina
Intentos de Reconciliación y Diálogo Ecuménico

A pesar de estas diferencias significativas, ha habido esfuerzos para encontrar puntos de convergencia entre las dos tradiciones.
Terreno Común
Ambas tradiciones coinciden en varios puntos fundamentales:
- Jesús tiene autoridad divina para perdonar pecados
- El perdón requiere arrepentimiento genuino
- La gracia de Dios es esencial para la salvación
- Los cristianos deben proclamar el mensaje del perdón
Desafíos Persistentes
Sin embargo, las diferencias en la comprensión de la autoridad, la naturaleza de la Iglesia y la mediación sacerdotal siguen siendo obstáculos significativos para la unidad plena.
Un académico católico observa que «el problema inherente con la Sola Scriptura es que los individuos son libres de interpretar la Biblia por sí mismos», lo que según esta perspectiva, socava la autoridad de las Escrituras al permitir múltiples interpretaciones contradictorias.
Los protestantes, por su parte, mantienen que la interpretación individual guiada por el Espíritu Santo es preferible a la dependencia de la autoridad eclesiástica institucional.
Conclusión
La diferencia entre católicos y protestantes sobre el perdón de pecados refleja una división más profunda en la comprensión de la autoridad, la naturaleza de la Iglesia y el papel de la mediación humana en la salvación.
Mientras los católicos ven en Juan 20:23 la institución de un sacramento perpetuo administrado por sucesores apostólicos, los protestantes interpretan el mismo texto como una comisión para proclamar el perdón divino a través de la predicación del evangelio.
Ambas perspectivas buscan ser fieles al mandato de Cristo, pero llegan a conclusiones prácticas muy diferentes. La persistencia de esta división después de más de 500 años sugiere que las diferencias van más allá de meras interpretaciones textuales y tocan las estructuras fundamentales de la fe y la práctica cristiana.
En última instancia, ambas tradiciones afirman que el perdón de los pecados es una gracia divina disponible para todos los que se arrepienten y creen. La diferencia radica en cómo esa gracia se recibe y se administra en la comunidad de fe.
Esta comprensión puede ayudar a los creyentes de ambas tradiciones a apreciar la sinceridad y el fundamento bíblico de perspectivas diferentes, incluso cuando mantienen sus propias convicciones doctrinales.
El diálogo respetuoso y la búsqueda común de la verdad siguen siendo esenciales para el testimonio cristiano en un mundo que necesita experimentar el perdón y la gracia de Dios, independientemente de la tradición a través de la cual se proclame este mensaje transformador.