
Publicado en septiembre 2, 2025, última actualización en octubre 18, 2025.
Bienvenido a un fascinante recorrido por Belén, la pequeña ciudad que cambió para siempre la historia de la humanidad.
Situada a tan solo 10 kilómetros al sur de Jerusalén, esta localidad palestina no solo es reconocida mundialmente como el lugar de nacimiento de Jesús según la tradición cristiana, sino que también guarda siglos de historia, cultura y tradiciones que la convierten en uno de los destinos más sagrados del mundo.
En estas líneas exploraremos juntos los secretos, misterios y maravillas de esta ciudad milenaria que continúa inspirando fe y devoción en millones de personas.
Puntos Clave
- Cuna del Cristianismo: Belén es reconocida mundialmente como el lugar donde nació Jesús según los evangelios de Mateo y Lucas, convirtiéndola en uno de los sitios más sagrados para los cristianos.
- Ciudad de David: Belén fue el lugar de nacimiento y coronación del rey David, otorgándole gran significado religioso tanto para judíos como cristianos.
- Patrimonio Mundial: La Basílica de la Natividad fue reconocida como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO y recientemente retirada de la lista de sitios en peligro.
- Historia Milenaria: Sus orígenes se remontan a las Cartas de Amarna (1350-1330 a.C.), cuando la ciudad estaba poblada por los cananeos.
- Centro de Peregrinación: El turismo, especialmente durante la temporada navideña, representa el 70% de los ingresos anuales de la ciudad.
- Testimonio Profético: Su ubicación cumple las profecías bíblicas de Miqueas 5:2 sobre el lugar donde nacería el Mesías.
Historia Antigua de Belén: Desde los Cananeos Hasta el Imperio Romano

La historia de Belén se extiende por más de tres milenios, comenzando mucho antes de que los eventos bíblicos la convirtieran en una ciudad mundialmente conocida. Sus orígenes se remontan aproximadamente al año 3000 a.C., cuando ya vivían allí los pueblos cananeos, quienes establecieron esta pequeña ciudad en una estratégica ubicación geográfica.
La mención más antigua de la ciudad data de las Cartas de Amarna (1350-1330 a.C.), un conjunto de tablillas de arcilla que describían a la ciudad como «un importante punto de parada y descanso para los viajeros de Siria y Palestina que iban a Egipto«. Este testimonio arqueológico confirma que, desde tiempos antiguos, Belén ocupaba una posición estratégica en las rutas comerciales de la región.
El nombre original de la ciudad tiene profundas raíces en las tradiciones cananeas. Lahmo era el dios caldeo de la fertilidad, llamado por los cananeos «Lahama», y a él dedicaron la ciudad, teniendo en cuenta los fértiles campos que la recubren. Esta etimología explica por qué su nombre significa «la fructífera», sugiriendo su carácter agrícola.
Durante el período romano, Belén fue destruida por el emperador Adriano durante la rebelión de Bar Kojba en el siglo II. Sin embargo, después de aplastar la revuelta de Bar Kojba (132-136), el emperador romano Adriano convirtió el santuario cristiano ubicado sobre la cueva en un lugar de culto para el dios griego Adonis, en un intento de eliminar las tradiciones cristianas del lugar.
Importancia Política de Belén a Través de los Siglos
Período Bizantino y Construcción de la Primera Basílica
La verdadera transformación política de Belén comenzó con el ascenso del cristianismo como religión oficial del Imperio Romano. La ciudad fue reconstruida con el apoyo de la emperatriz Helena, madre de Constantino el Grande, quien encargó la construcción de la Basílica de la Natividad en el año 327 d.C.
Entre los años 326 y 328, la emperatriz Helena, consorte del emperador Constancio I y madre de Constantino el Grande, viajó como peregrina a la región de Siria-Palestina y visitó las ruinas de Belén. Su intervención directa marcó el inicio de una nueva era de prominencia política para la ciudad.
Al final del siglo IV, con la partición del Imperio Romano, Belén pasó a depender del Imperio Bizantino y se convirtió en un importante centro religioso. Durante este período se construyeron iglesias, monasterios y conventos que consolidaron su importancia regional.
Dominación Islámica y Período de los Cruzados
La llegada del Islam trajo cambios significativos en el estatus político de Belén. En el 637, el califa Umar ibn al-Jattab visitó Belén y estableció relaciones amistosas con las autoridades eclesiásticas cristianas. Esta política de tolerancia permitió que la ciudad mantuviera su carácter cristiano bajo el dominio islámico.
En el año 1099 fue conquistada por los cruzados, que fortificaron la ciudad, construyeron un nuevo monasterio y un claustro en la cara norte de la Basílica de la Natividad. Durante el período cruzado, Belén experimentó un renacimiento como centro político y religioso cristiano.
Era Otomana y Moderna
En 1517 los turcos otomanos conquistaron Palestina, y en Belén empezó un periodo de conflictos entre los franciscanos y los ortodoxos griegos por la posesión de los santuarios. Estos conflictos religiosos reflejaban las tensiones políticas más amplias entre las potencias europeas y el Imperio Otomano.
En la era moderna, desde diciembre de 1995, la ciudad se encuentra administrada por la Autoridad Palestina, que posteriormente adoptó el nombre de Estado de Palestina en 2013. Belén es actualmente la capital de la gobernación homónima.
La Importancia Religiosa de Belén en la Biblia

Belén en el Antiguo Testamento
La relevancia bíblica de Belén comienza mucho antes del nacimiento de Jesús. Durante el período del Antiguo Testamento, Belén fue mencionada en varias ocasiones como la ciudad de David, ya que fue el lugar de nacimiento del rey David. Esta conexión davídica sería fundamental para entender su papel en las profecías mesiánicas.
En el Antiguo Testamento de la Biblia cristiana, Belén aparece cuando Jacob y su familia viajan hacia Hebrón. Allí, «su esposa Raquel murió al dar a luz a Benjamín, y él la enterró al lado del camino de Belén«. Este evento convirtió la tumba de Raquel en un lugar de veneración que perdura hasta nuestros días.
El libro de Rut también sitúa eventos importantes en Belén, estableciendo conexiones genealógicas cruciales con la línea davídica. La profecía de Miqueas 5:2 es particularmente significativa: «Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel«.
Belén en el Nuevo Testamento y el Nacimiento de Jesús
El Nuevo Testamento eleva a Belén a una importancia suprema en la historia cristiana. Según los evangelios de Mateo y Lucas, María y José viajaron a Belén desde Nazaret para registrarse en el censo ordenado por el emperador romano Augusto.
Lucas 2:4-7 narra cómo «José, como era de la casa y familia de David, subió desde Nazaret, ciudad de Galilea, a la ciudad de David llamada Belén, en Judea, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Fue allí donde María dio a luz a Jesús en un pesebre, ya que no había lugar para ellos en la posada.
La narrativa de Mateo 2:1-18 agrega elementos dramáticos al relato, incluyendo la llegada de los magos que siguieron una estrella desde el este y la orden de Herodes de matar a todos los niños menores de dos años en Belén y sus alrededores.
Significado Teológico de Belén
La importancia religiosa de Belén radica en ser el lugar de nacimiento de Jesús, considerado por los cristianos como el Mesías y el hijo de Dios. Este evento cumplió las profecías del Antiguo Testamento y estableció a Belén como «la tradición cristiana la identifica como el lugar de nacimiento de Jesús».
Para los judíos, Belén es importante ya que ahí fue coronado el Rey David, conectando la ciudad con las promesas davídicas y las expectativas mesiánicas del pueblo judío.
Visitantes Ilustres de Belén a Través de la Historia
Santos Elena de Constantinopla – La Primera Gran Peregrina
Santa Elena de Constantinopla (hacia 250-330), madre del emperador Constantino el Grande, fue una de las figuras más influyentes en la historia temprana del cristianismo y la primera gran peregrina documentada a Belén.
Elena decidió construir tres templos en Tierra Santa. El primero se encontraba en el monte Calvario, mientras el segundo en el Monte de los Olivos y el tercero, en Belén. Fue ella quien impulsó la construcción sobre la cueva en la que Jesús había nacido de la Basílica de la Natividad, que constituye el mayor atractivo religioso y turístico de la ciudad.
Su peregrinación estableció un precedente que influiría en miles de peregrinos posteriores. Dedicó gran parte de su vida a realizar obras de caridad, para ayudar a los pobres y más necesitados, estableciendo un modelo de devoción cristiana práctica.
San Jerónimo – El Erudito de Belén
En el siglo IV, San Jerónimo llegó a la ciudad para continuar su trabajo en el ambiente de la vida monástica. Su residencia en Belén marcó un período de florecimiento intelectual y espiritual.
Alrededor del año 395, el padre de la Iglesia Jerónimo escribió en una carta sobre Belén, proporcionando valiosos testimonios históricos sobre la ciudad en ese período. Su presencia atrajo a otros eruditos y monjes, consolidando a Belén como un centro de estudios bíblicos.
Justino Mártir – El Primer Apologista
Alrededor del año 155, el apologeta Justino Mártir recomendaba a aquellos que dudaban de que Jesús hubiese nacido realmente en Belén que viajasen allí y visitasen la propia cueva en la que se afirmaba que había nacido. Esta recomendación representa uno de los primeros testimonios documentados del turismo religioso a Belén.
El Califa Umar ibn al-Jattab
En el 637, el califa Umar ibn al-Jattab visitó Belén y estableció relaciones amistosas con las autoridades eclesiásticas cristianas. Esta visita fue crucial para establecer las políticas de tolerancia religiosa que permitieron la preservación de los sitios cristianos bajo el dominio islámico.
Los Milagros de Belén Según las Escrituras

El Milagro del Nacimiento Virginal
El mayor milagro asociado con Belén es, sin duda, el nacimiento virginal de Jesús. Según la narrativa bíblica en Lucas 1:26-38, el ángel Gabriel anunció a María que concebiría por obra del Espíritu Santo.
La providencia de Dios creó la constelación perfecta que se requiere para el acto central de la historia del mundo. El decreto del emperador romano Augusto para el censo proporcionó el mecanismo divino para que María y José viajaran desde Nazaret a Belén, cumpliendo así las profecías.
La Estrella de Belén
Los magos siguieron una estrella desde el este, según el relato de Mateo 2:1-12. Este fenómeno celestial guió a los sabios del oriente directamente a Belén, donde preguntaron a Herodes: «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido?»
La aparición de esta estrella representa un milagro astronómico que ha fascinado a científicos y teólogos durante siglos, simbolizando cómo toda la creación se inclinó ante el nacimiento del Salvador.
El Anuncio Angélico a los Pastores
Fue a un grupo de humildes pastores que se comunicó la primera proclamación de que el Salvador había nacido. Según Lucas 2:8-14, «se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor«.
El mensaje angélico fue claro y directo: «No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor«. Este anuncio celestial convirtió a los pastores en los primeros evangelistas de la historia.
La Preservación Milagrosa Durante las Persecuciones
A lo largo de la historia, Belén experimentó múltiples amenazas y destrucciones, pero los sitios sagrados fueron preservados de manera que muchos consideran milagrosa.
En el año 614, cuando el Imperio Sasánida invadió Palestina y capturó Belén, las fuentes posteriores narraron que los persas no quisieron destruir la basílica después de haber visto un mosaico de los Reyes Magos vestidos con ropajes persas.
Los Principales Sitios Sagrados de Belén

La Basílica de la Natividad
La construcción de la Basílica de la Natividad comenzó en el año 326, bajo las órdenes de Helena de Constantinopla. Esta iglesia fue construida en el siglo IV en el lugar tradicional del nacimiento de Jesús.
El Comité del Patrimonio Mundial elogió la calidad del trabajo realizado en la Iglesia de la Natividad, incluida la restauración del techo, de las fachadas exteriores, de los mosaicos murales y de las puertas de la basílica, llevando a su reciente remoción de la lista de sitios en peligro.
La Gruta de la Natividad
La tradición de que Jesús nació en una cueva de Belén data del siglo II, aunque la cerámica y la albañilería preconstantinianas sugieren que estas cuevas estaban en uso en los siglos I y II d.C.
La construcción se realizó bajo una antigua cueva, que durante muchos años fue señalada como el lugar donde estaba el pesebre. Esta cueva se encuentra directamente debajo del altar mayor de la Basílica de la Natividad.
La Gruta de la Leche
La Gruta de la Leche es un lugar sagrado para los cristianos, donde se cree que María amamantó a Jesús. El clero ortodoxo compartió la Gruta de la Leche con los católicos y con los armenios.
El Campo de los Pastores
El Campo de los Pastores es conocido especialmente entre turistas evangélicos y protestantes. Se cree que aquí estaban los campos de Booz, quien luego se casaría con Rut. También se dice que aquí es donde los pastores cuidaban sus ovejas cuando se anunció el nacimiento de Jesús.
El lugar tiene ruinas de casas, cocinas, almacenes e iglesias que datan del siglo I, proporcionando evidencia arqueológica de la actividad humana continua en el área.
La Tumba de Raquel
Al norte de la ciudad se encuentra otro importante lugar de culto, la Tumba de Raquel, aunque los habitantes de Belén y el resto de sus conciudadanos palestinos tienen restringido su acceso debido al muro de separación israelí.
Belén en el Contexto Político Actual

Desafíos de la Ocupación
El gobierno de Israel, que ocupa militarmente toda Palestina desde 1967, ha rodeado la ciudad de murallas y pasos de control, lo cual impide el libre tránsito de los habitantes y limita los intercambios comerciales. Esta situación ha tenido una gran disminución del turismo.
Las restricciones también han impedido a muchos palestinos salir del territorio para trabajar en Israel. Desde el 7 de octubre pasado, el acceso a Belén y a otras ciudades palestinas de Cisjordania ocupada por Israel ha sido difícil, y hay largas filas de automovilistas esperando para pasar los controles militares.
Impacto Económico
El turismo representa aproximadamente el 65% del PIB de Belén, con cerca de 1 millón de turistas al año. Sin embargo, las celebraciones navideñas anuales en Belén —compartidas entre las religiones armenia, católica y ortodoxa— suponen un gran impulso para la ciudad, donde el turismo representa el 70 por ciento de sus ingresos anuales.
La cancelación de las fiestas navideñas, que suelen atraer a miles de visitantes, supone un duro golpe para la economía de la ciudad, dependiente del turismo. Como declaró la alcaldesa Hana Haniyeh: «La economía se está hundiendo».
Conclusión
Belén permanece como un testimonio viviente de la intersección entre lo divino y lo humano, entre la historia antigua y la realidad contemporánea. Esta pequeña ciudad palestina, que desde los tiempos bíblicos ha sido hogar de personajes de gran importancia histórica, política y religiosa, continúa siendo un faro de esperanza y fe para millones de personas en todo el mundo.
A pesar de los desafíos políticos y sociales que enfrenta actualmente, como una joven palestina de Belén le recordó a una visitante: «No debemos olvidar que en este lugar nació el Príncipe de la paz… Esta es tierra de milagros». Esta declaración encapsula perfectamente el espíritu resiliente de una ciudad que, a pesar de las adversidades, mantiene viva la llama de la esperanza.
La importancia de Belén trasciende las divisiones religiosas, políticas y culturales. Como lugar de peregrinación y devoción para creyentes de todo el mundo, representa un punto de encuentro donde la humanidad puede reflexionar sobre sus valores más profundos y sus aspiraciones más elevadas.
Visitar Belén es sumergirse en la historia bíblica y vivir una experiencia espiritual única. En un mundo cada vez más secularizado, esta pequeña ciudad nos recuerda que algunos lugares conservan un poder especial para tocar el corazón humano y conectarnos con lo trascendente.
La historia de Belén no ha terminado; continúa escribiéndose cada día en los corazones de quienes buscan significado, esperanza y paz en un mundo que tanto las necesita.



