
Publicado en julio 11, 2025, última actualización en noviembre 30, 2025.
Cuando comencé a explorar la figura de Lucas el Evangelista, me encontré con algo que no esperaba: el único autor gentil del Nuevo Testamento era también un médico con formación académica excepcional. Este hombre, que nunca conoció a Jesús en persona, nos dejó el relato más extenso y literariamente refinado de su vida, además de la única historia de la Iglesia primitiva que tenemos.
Lo que más me impactó fue descubrir su método de trabajo. Lucas no se conformó con repetir lo que había escuchado; investigó meticulosamente, entrevistó a testigos oculares y organizó su material con el rigor de un historiador helenístico. Y sin embargo, su evangelio no es un documento frío y académico, sino el relato más cálido y compasivo de los cuatro, el que mejor captura la ternura de Jesús hacia los pobres, las mujeres y los marginados.
Dante lo llamó «el que describe la amabilidad de Cristo«, y al sumergirme en su obra, entiendo perfectamente por qué. Te invito a descubrir conmigo a este fascinante evangelista que, siendo médico del cuerpo, se convirtió en cronista del alma.
Puntos Clave
- Único autor gentil del Nuevo Testamento: Lucas era griego, probablemente de Antioquía de Siria, y escribió para una audiencia principalmente gentil.
- Médico y compañero de Pablo: Pablo lo llama «el médico amado» (Colosenses 4:14) y fue su fiel compañero hasta el final.
- Autor de dos libros: Escribió el Evangelio más extenso y Hechos de los Apóstoles, que juntos representan más del 25% del Nuevo Testamento.
- Método histórico riguroso: Su prólogo revela una investigación diligente basada en testigos oculares y fuentes escritas.
- El evangelio de la misericordia: Contiene parábolas únicas como el Hijo Pródigo y el Buen Samaritano que revelan el corazón compasivo de Dios.
- Símbolo del toro: El Tetramorfos lo representa con un toro o buey por comenzar su evangelio con el sacrificio de Zacarías en el Templo.
¿Quién fue Lucas y cuál era su profesión?

De todos los autores del Nuevo Testamento, Lucas es quizás el más intrigante precisamente porque era diferente a todos los demás.
El médico amado
Pablo menciona a Lucas en tres de sus cartas, y en una de ellas lo identifica específicamente como médico: «Os saluda Lucas, el médico amado» (Colosenses 4:14). Este detalle no es menor. En el mundo antiguo, la medicina era una profesión que requería educación formal en griego, conocimiento de la literatura clásica y habilidades de observación científica.
Me resulta fascinante que el teólogo alemán Adolf von Harnack dedicó considerable esfuerzo a analizar el vocabulario del evangelio de Lucas, encontrando numerosos términos médicos que no aparecen en los otros evangelios. Aunque estudios posteriores han matizado estas conclusiones, el interés de Lucas por las sanidades de Jesús y su atención a los detalles físicos de las enfermedades son innegables.
El único gentil entre los autores bíblicos
Lucas no era judío. Pablo lo distingue claramente de sus colaboradores «de la circuncisión» (Colosenses 4:10-14), lo que indica que era gentil. Probablemente era griego de nacimiento, y su dominio del idioma griego es el más refinado de todo el Nuevo Testamento.
Personalmente creo que esto explica mucho sobre su evangelio. Lucas escribe como alguien que ha descubierto a Jesús desde afuera de la tradición judía, y por eso se esfuerza en hacer el mensaje accesible para otros como él. No asume que sus lectores conocen las costumbres judías; las explica cuando es necesario.
Antioquía: la ciudad de sus raíces
La tradición, representada por Eusebio de Cesarea y Jerónimo, identifica a Lucas como originario de Antioquía de Siria. Esta ciudad era la tercera más grande del Imperio Romano y un importante centro cristiano. Fue allí donde los seguidores de Jesús fueron llamados «cristianos» por primera vez (Hechos 11:26).
El prominente lugar que Antioquía ocupa en el libro de Hechos podría reflejar este vínculo personal de Lucas con la ciudad.
¿Cuál era la relación de Lucas con el apóstol Pablo?

La relación entre Lucas y Pablo es una de las amistades más duraderas y conmovedoras del Nuevo Testamento.
El compañero de viajes
El libro de Hechos contiene varias secciones donde el narrador cambia de la tercera persona («ellos fueron») a la primera persona del plural («nosotros fuimos»). Estos pasajes, conocidos como las «secciones nosotros», indican que Lucas estaba presente en esos momentos del viaje de Pablo.
Lucas se unió a Pablo en Troas durante el segundo viaje misionero (Hechos 16:10) y lo acompañó a Filipos. Más tarde, se reunió con él para el viaje a Jerusalén (Hechos 20:5) y estuvo presente durante los dos años de prisión de Pablo en Cesarea y luego durante el dramático viaje por mar a Roma, incluyendo el naufragio narrado con vívido detalle en Hechos 27.
Lo que me llama la atención es que este tiempo en Cesarea y Palestina le dio a Lucas la oportunidad perfecta para investigar los orígenes de la fe cristiana. Mientras Pablo estaba preso, Lucas pudo entrevistar a testigos oculares de la vida de Jesús, incluyendo posiblemente a María, la madre del Señor.
Fiel hasta el final
La última mención de Lucas en las cartas de Pablo es particularmente conmovedora. Escribiendo desde prisión en Roma, probablemente poco antes de su martirio, Pablo dice: «Solo Lucas está conmigo» (2 Timoteo 4:11).
Cuando todos los demás lo habían abandonado, Lucas permaneció fiel. Encuentro en esto una coherencia profunda con el evangelio que escribió: el evangelista de la misericordia era también un hombre de lealtad inquebrantable.
¿Qué hace único el prólogo y método histórico de Lucas?

El evangelio de Lucas comienza de manera única entre los cuatro evangelios: con un prólogo formal al estilo de la historiografía helenística.
Un prefacio revelador
Las primeras palabras del evangelio nos dicen mucho sobre el autor y su método:
«Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas, tal como nos lo enseñaron los que desde el principio lo vieron con sus ojos, y fueron ministros de la palabra, me ha parecido también a mí, después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen, escribírtelas por orden, oh excelentísimo Teófilo, para que conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido» (Lucas 1:1-4).
Me sorprendió descubrir que este prólogo sigue las convenciones de los mejores historiadores griegos. Lucas nos dice que:
- Consultó fuentes previas: «muchos han tratado de poner en orden la historia»
- Se basó en testigos oculares: «los que desde el principio lo vieron con sus ojos»
- Investigó diligentemente: «después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen»
- Organizó su material: «escribírtelas por orden»
- Tenía un propósito claro: «para que conozcas bien la verdad»
Teófilo: ¿persona real o símbolo?
El destinatario del evangelio, Teófilo, es llamado «excelentísimo», un título de honor usado para personas de alto rango. Algunos creen que era un funcionario romano convertido al cristianismo; otros ven en el nombre («amigo de Dios» en griego) un símbolo de todo lector que busca a Dios.
Personalmente creo que era una persona real, pero Lucas escribió pensando en una audiencia más amplia: gentiles educados que querían una presentación ordenada y verificable del mensaje cristiano.
Fuentes de Lucas
Los estudiosos han identificado al menos tres fuentes principales que Lucas utilizó:
| Fuente | Contenido | Porcentaje aproximado |
|---|---|---|
| Evangelio de Marcos | Narrativa básica, milagros, pasión | ~35% |
| Fuente Q | Dichos de Jesús compartidos con Mateo | ~20% |
| Material exclusivo de Lucas (L) | Parábolas únicas, relatos de infancia | ~45% |
El material exclusivo de Lucas incluye algunas de las parábolas más queridas: el Buen Samaritano, el Hijo Pródigo, el Fariseo y el Publicano. También los relatos de la infancia (capítulos 1-2), que contienen información que solo María podría haber proporcionado.
¿Por qué se llama a Lucas «el evangelista de la misericordia»?

Si tuviera que describir el evangelio de Lucas con una sola palabra, sería «misericordia». Este tema atraviesa cada página de su obra.
Las parábolas de la misericordia
Lucas nos regala un trío de parábolas en el capítulo 15 que revelan el corazón de Dios como ningún otro pasaje bíblico:
- La oveja perdida (Lucas 15:3-7): Un pastor deja las 99 ovejas para buscar la que se perdió
- La moneda perdida (Lucas 15:8-10): Una mujer busca incansablemente hasta encontrar su dracma
- El hijo pródigo (Lucas 15:11-32): Un padre corre al encuentro de su hijo arrepentido
Confieso que la parábola del hijo pródigo me conmueve cada vez que la leo. No es solo una historia sobre el arrepentimiento del hijo, sino sobre un padre que nunca dejó de esperar, que corre a abrazar a su hijo cuando aún estaba lejos, que celebra su regreso sin reproches. Es el retrato más hermoso de Dios Padre en toda la Escritura.
El evangelio de los pobres
Lucas tiene un énfasis único en los pobres y marginados. Sus Bienaventuranzas son diferentes a las de Mateo:
«Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados» (Lucas 6:20-21).
Y añade los «ayes» contra los ricos y satisfechos (Lucas 6:24-26). La parábola del rico y Lázaro (Lucas 16:19-31) es exclusiva de Lucas y presenta un mensaje contundente sobre la responsabilidad hacia los necesitados.
El evangelio de las mujeres
Ningún otro evangelista destaca tanto el papel de las mujeres. Lucas menciona la palabra «mujer/mujeres» más de 40 veces, casi el doble que Marcos. Su evangelio incluye:
- El protagonismo de María y su Magnificat (Lucas 1:46-55)
- Isabel y Ana la profetisa (Lucas 1-2)
- La viuda de Naín cuyo hijo fue resucitado (Lucas 7:11-17)
- La mujer pecadora que ungió los pies de Jesús (Lucas 7:36-50)
- María y Marta (Lucas 10:38-42)
- Las mujeres que financiaban el ministerio de Jesús (Lucas 8:1-3)
Me parece significativo que Lucas, un médico que probablemente atendía a personas de altas clases sociales, tuviera esta sensibilidad hacia quienes la sociedad marginaba.
¿Cuál es la estructura y el mensaje central del Evangelio de Lucas?

El evangelio de Lucas tiene una estructura geográfica clara que refleja su teología.
Todo converge en Jerusalén
Lucas organiza su evangelio como un viaje hacia Jerusalén. La ciudad santa es el destino final de Jesús y el lugar donde se cumplirá la salvación:
1. Relatos de la infancia (Lucas 1-2)
- Anuncio a Zacarías en el Templo de Jerusalén
- Anuncio a María en Nazaret
- Nacimiento de Juan y de Jesús
- Presentación en el Templo
- Jesús a los 12 años en el Templo
2. Ministerio en Galilea (Lucas 3:1 – 9:50)
- Bautismo y tentaciones
- Predicación en Nazaret
- Llamado de los discípulos
- Milagros y enseñanzas
3. El gran viaje a Jerusalén (Lucas 9:51 – 19:27)
- «Afirmó su rostro para ir a Jerusalén» (Lucas 9:51)
- La sección más extensa, con material mayormente exclusivo de Lucas
- 27 parábolas, de las cuales 17 son únicas de este evangelio
4. Ministerio en Jerusalén, Pasión y Resurrección (Lucas 19:28 – 24:53)
- Entrada triunfal
- Enseñanza en el Templo
- Última Cena, arresto, juicio
- Crucifixión y resurrección
- Apariciones y Ascensión
El evangelio comienza y termina en el Templo
Encuentro fascinante que el evangelio de Lucas abre con Zacarías sirviendo en el Templo (Lucas 1:8-9) y cierra con los discípulos «estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios» (Lucas 24:53). Esta estructura circular enfatiza que en Jesús se cumple todo lo que el Templo representaba.
El versículo clave
Si tuviera que elegir un versículo que resume todo el evangelio de Lucas, sería este:
Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido» (Lucas 19:10).
Estas palabras, pronunciadas en la casa de Zaqueo el publicano, encapsulan perfectamente el mensaje de Lucas: Jesús es el Salvador que busca activamente a los perdidos.
¿Qué papel juegan el Espíritu Santo y la oración en Lucas?

Dos temas recorren el evangelio de Lucas de principio a fin: el Espíritu Santo y la oración.
El evangelio del Espíritu Santo
Lucas menciona al Espíritu Santo más que cualquier otro evangelista. Desde el principio, el Espíritu está activo:
- El Espíritu viene sobre María para la concepción de Jesús (Lucas 1:35)
- Isabel es llena del Espíritu Santo (Lucas 1:41)
- Zacarías profetiza lleno del Espíritu (Lucas 1:67)
- Simeón es guiado por el Espíritu al Templo (Lucas 2:25-27)
- El Espíritu desciende sobre Jesús en el bautismo (Lucas 3:22)
- Jesús es llevado por el Espíritu al desierto (Lucas 4:1)
- Jesús inicia su ministerio «en el poder del Espíritu» (Lucas 4:14)
El evangelio termina con la promesa de que el Espíritu vendrá sobre los discípulos (Lucas 24:49), promesa que se cumple en Hechos 2.
Jesús en oración
Lucas presenta a Jesús orando en momentos cruciales de su ministerio:
| Momento | Referencia |
|---|---|
| En el bautismo | Lucas 3:21 |
| Retirándose a lugares solitarios | Lucas 5:16 |
| Antes de elegir a los Doce | Lucas 6:12 |
| Antes de la confesión de Pedro | Lucas 9:18 |
| En la Transfiguración | Lucas 9:28-29 |
| Enseñando el Padrenuestro | Lucas 11:1 |
| En Getsemaní | Lucas 22:41-44 |
| En la cruz | Lucas 23:34, 46 |
Solo Lucas incluye dos parábolas específicas sobre la oración: el amigo inoportuno (Lucas 11:5-13) y la viuda persistente (Lucas 18:1-8).
¿Por qué Lucas es representado con un toro?

La iconografía cristiana representa a cada evangelista con una figura del Tetramorfos. A Lucas le corresponde el toro o buey.
El sacrificio de Zacarías
La razón principal es que el evangelio de Lucas comienza en el Templo, con el sacerdote Zacarías ofreciendo sacrificio (Lucas 1:8-9). El toro era el animal de sacrificio por excelencia en el culto del Templo.
Pero hay una razón más profunda. Lucas presenta a Jesús como el sacrificio definitivo que cumple y supera todos los sacrificios del Antiguo Testamento. Su evangelio enfatiza el camino de Jesús hacia la cruz como un acto deliberado de entrega: «afirmó su rostro para ir a Jerusalén» (Lucas 9:51).
El toro como símbolo del servicio
Algunos comentaristas también ven en el toro un símbolo del servicio y la laboriosidad. El buey era un animal de trabajo, y Lucas presenta a Jesús como aquel que «vino a buscar y a salvar lo que se había perdido» (Lucas 19:10), trabajando incansablemente por la salvación de la humanidad.
La tradición de Lucas como pintor
Una tradición posterior, que se desarrolló en la Edad Media, presenta a Lucas como pintor de iconos de la Virgen María. Aunque esta tradición no tiene fundamento histórico, refleja la percepción de que Lucas fue quien mejor «pintó» con palabras el retrato de María en su evangelio. Sus relatos de la Anunciación, la Visitación y la Natividad son los más detallados y líricos de los cuatro evangelios.
¿Cómo aplicar el legado del evangelista Lucas en tu vida espiritual?

Después de explorar la vida y obra de Lucas, me pregunto: ¿qué podemos aprender de este evangelista para nuestra fe hoy?
El valor de la investigación seria
Lucas nos enseña que la fe no está reñida con la razón. Él investigó «con diligencia todas las cosas desde su origen» porque quería que Teófilo conociera «bien la verdad» (Lucas 1:3-4). En un mundo de información superficial, necesitamos cristianos que profundicen en las Escrituras con rigor y honestidad.
La misericordia como estilo de vida
El evangelio de Lucas nos desafía a ser personas de misericordia. ¿Corremos al encuentro de quienes han fallado, como el padre del hijo pródigo? ¿Cruzamos barreras sociales para ayudar al necesitado, como el buen samaritano? La misericordia no es solo un sentimiento; es una acción concreta.
Atención a los marginados
Lucas nos recuerda que Jesús tenía predilección por los pobres, las mujeres, los extranjeros y los pecadores. ¿A quiénes marginamos nosotros? ¿Quiénes son los «Zaqueos» de nuestra sociedad que necesitan saber que Jesús quiere entrar en su casa?
Una vida de oración
El énfasis de Lucas en la oración de Jesús nos invita a examinar nuestra propia vida de oración. Si Jesús, el Hijo de Dios, necesitaba retirarse a orar, ¿cuánto más nosotros? La oración no es un lujo espiritual; es una necesidad vital.
Apertura al Espíritu Santo
Lucas nos muestra que el Espíritu Santo estaba presente en cada momento clave de la historia de la salvación. ¿Estamos atentos a la guía del Espíritu en nuestras decisiones? ¿Le damos espacio para que nos llene y nos dirija?
Conclusión
Explorando la figura de Lucas el Evangelista, he llegado a apreciarlo como un verdadero artista de la fe. Con la precisión de un médico, el rigor de un historiador y la sensibilidad de un poeta, nos dejó el retrato más completo de Jesús como el Salvador misericordioso que busca a los perdidos.
Lucas me conmueve porque demuestra que no necesitas haber conocido a Jesús en persona para transmitir fielmente su mensaje. Lo que necesitas es diligencia para investigar, humildad para escuchar a los testigos, y un corazón abierto al Espíritu Santo que inspiró las Escrituras.
Si Mateo nos muestra a Jesús como el Rey de Israel, y Marcos como el Siervo poderoso, Lucas nos presenta al Hijo del Hombre que comparte nuestra humanidad y se compadece de nuestras debilidades. Es el evangelio que necesitamos cuando nos sentimos perdidos, marginados o indignos del amor de Dios.
El toro alado de San Lucas nos recuerda que el sacrificio de Cristo en la cruz fue el acto supremo de misericordia. Que su ejemplo nos inspire a investigar las Escrituras con diligencia, a practicar la misericordia con generosidad, y a llevar la buena noticia hasta los confines de la tierra, como lo hizo su amigo Pablo, acompañado siempre por el médico amado.
Artículo escrito con información de fuentes académicas y tradición patrística. Las referencias bíblicas utilizan la versión Reina-Valera 1995.



